domingo, 12 de enero de 2020

Incorrectos


     
     Dicen que el amor llega por sí solo, un día sin más, te das cuenta que te has enamorado. Te preguntas ¿cómo es que de repente empecé a sentir esto? Te encuentras haciendo cosas que jamás pensaste e imaginando conversaciones y momentos en tu cabeza, necesitando ver esa sonrisa que te revuelca hasta la más mínima fibra de tu ser. Es bonito y está bien hasta que la realidad, mediante hechos, te estrella: es la persona incorrecta.

     He conocido a una chica que se ha enamorado una vez y media. “Y media” porque su corazón estaba tan revuelto que no reconoce lo que fue, pero era algo parecido al amor, algo que la llevaba a hacer cosas por él. Ella sólo buscaba sentir algo parecido a lo que había sido la primera vez, pero falló. Es una chica que se ha enamorado de los hombres incorrectos, de aquellos que juegan con ella, que se acercan y la lastiman. Es una total desgracia. De estos amores sólo le quedaron unas cuantas cosas: un cigarrillo, palillos chinos y un par de condones.

     A veces dejas que las cosas sucedan y no haces nada al respecto, aunque eso conlleve a tu perdición. Te toca salvarte por sí solo porque después del amor incorrecto viene la soledad y con ella los recuerdos, que más que ilusionarte, te carcomen.

     Y sin embargo, aún quieres encontrar un amor bonito, uno real, un amor correcto. Anhelas conocer a la persona idónea para ti pero no llega, te obligas a que te atraiga cualquiera y cuando piensas que lo has encontrado, tú no funcionas, la persona incorrecta eres tú.

     Es curioso pasar al rol del incorrecto, comienzas a lastimar como lo hicieron contigo, inconscientemente. Tomas lo que necesitas y luego te vas. Permaneces intermitente, un día estás y al otro no. Evades, te aíslas, entras al juego de ser algo que no eres y de sentir cosas que no sientes.

     Entonces, a veces piensas que dos personas que están en la misma categoría no pueden estar en la misma línea o en la misma página, concluyes que no eres para nadie y que no hay nadie para ti. Al menos, en esta vida.