martes, 18 de febrero de 2020

Después de ti.



Después de ti entendí que debo ser más compresiva, que quizás no hay que ser tan radical con los principios y que tengo que aceptar que todos podemos caer en tentaciones. 

Antes de ti sobreprotegía a los míos y me encapsulaba a mi misma, hacia de mis principios reglas inquebrantables y los extrapolaba a las otras personas, limitándolos a ellos y limitándome yo. Me nublaba la cabeza al buscar la manera de evitar el daño en otros y que a su vez ese daño me afectara a mí. Si ellos salían de mi frontera me indignaba, inasequible vivir con lo que fuera.

Para mi era impensable romper alguna de esas reglas pero tu eres de esas personas que a pesar de su grosor rompe paredes y muros sin importar qué y aunque causes daño al principio, en el desenlace o al final, logras remover el mundo de cualquiera.

Es muy fácil caer cuando buscas sentirte viva.

Después de ti descubrí que todos queremos sentirnos vivos y que no importa el riesgo o las consecuencias, que lo único que vale la pena es lanzarse aunque todo esté en contra. 

No puedo hacer muros sobre los muros que muchas personas se fuerzan a saltar, no soy quién, y contigo lo aprendí. No estoy aquí para evitar que otros vivan, estoy aquí para caer en tentaciones como todos los demás y eso no quiere decir que dejaría de ser buena o que no marcaría la diferencia. Mi esencia permanece y sigo siendo yo, sólo que más humana y más real. 

Tú me has hecho más real. 

Después de ti aprendí que hasta la persona más perfecta comete errores y que privarse de ciertas cosas no es lo más sano ni lo que te hace feliz, que no debo juzgar a la gente y que sólo hay que disfrutar. 

Después de ti empecé a existir sin importar la existencia del mundo que me rodea.

Después de ti soy más calma y menos tormenta.


miércoles, 5 de febrero de 2020

Carta al hombre perfecto



El día que te conocí creí en el flechazo a primera vista, sentí que nos habíamos encontrado en otra vida y que te habías perdido para volver a hallarte una vez más. Ese día, ese mes, bajo las estrellas. Juro que esa noche la disfruté como no tienes idea, fue real, lo que sentí fue real, eras tú. 

Eres el hombre más perfecto que he conocido en esta vida, lo que siempre he buscado, lo que he soñado y lo que toda mujer anhela. 


Tus valores, tus caricias, tu atención, tu mirada, tus manos, tus sueños, tus ambiciones, tu sinceridad, tu amabilidad, tus locuras imposibles, tu risa, tu voz, tu corazón. Todo tú eres oro, eres único e inigualable y me siento jodida por no valorarte, por no tener la capacidad de amarte. Te encontré pero no podemos ser, pasó el tiempo y comprendí que mi corazón está disfuncional, no te puedo amar. Y mereces ser amado tan intensamente como sólo tú sabes hacerlo. 

El tiempo respondió una de mis preguntas, y es que he dejado de sentir, percibo imposible amar a alguien nuevamente como lo hice una vez y lo odio. No quiero perder la oportunidad de estar con un hombre tan valioso, no otra vez. Tú eres la clara imagen de ese hombre, eres todo lo que está bien y odio las circunstancias que nos tocó vivir. Odio que no pude lidiar con eso, odio tener miedo. Mi miedo me llevó a matar aquella semilla que estaba floreciendo. Y soy una cobarde por dejarte ir, pero es egoísta de mi parte tenerte si no te puedo cuidar. Te lo dije, mereces más, mucho más. Te quiero, pero no logro sentir más allá y lo detesto. No te imaginas cuánto deseo saber por qué no funciono, por qué he perdido la capacidad. 

Quizás eres demasiado bueno para mí y soy yo quien está mal. Y no me lo merezco, quizás no me merezco a alguien tan especial. 

Eres magia, un príncipe que salió de un cuento de hadas. Eres perfecto, joder. Quería amarte, lo intenté, pero no puedo. Quería que fueras para mí, pero yo no soy para ti. Y lo siento, por lastimarte, por forzar algo que no iba a funcionar. Yo te exigí y no di, te fallé, perdóname por eso. La vida es injusta y sólo a gente como nosotros nos pasan estas cosas, porque somos buenos, o quizás, yo no soy tan buena como parece y estas son las consecuencias. 

Perdón.


Perdón por hacerte creer que podía llegar a amarte mucho, una noche te lo dije, pero es que yo creí que iba a ser real, lo prometo. Ahora, mi corazón es un desmadre y me siento rota, perdida. Y lo siento, porque te hice aguantar eso. Fui efímera, intermitente y tú estás para que no te dejen ni un momento. Eres luz, vales demasiado, lo repito. No eres un inútil, eres suficiente y sé que alguien te va a amar de la manera más bonita que pensarás que estás dentro de tu propia película. Y yo, estaré feliz al verte ser feliz.

Una vez más, eres el hombre más perfecto que he conocido en mi vida.

Y de eso, no tengo ninguna duda.