domingo, 8 de agosto de 2021

Pureza vs Virginidad



Desde muy chiquitas nos han inculcado que debemos proteger nuestra virginidad, como si de eso dependiera la vida, y no es más que sólo un tejido llamado himen.

Lo que vale es la pureza que resguardas en tu corazón, y quien te quite la virginidad no será dueño de ella.

Mi mamá me cuestiona: ¿por qué no estás con él?

Mi respuesta es y será: porque no funcionamos.

Ella me juzga, sólo me repite que debería casarme con él porque ya ningún hombre me va a querer así, 'impura'.

¿A quién le consta que he perdido la pureza?

Mi corazón es el mismo, ahora más fuerte, porque se lo entregué a la persona equivocada, es verdad. 

Pero no me arrepiento.

Tenía que ser él.

Creo que todas las niñas viven soñando con su primera vez, yo nunca lo hice y fue muy especial.

Surgió de la unión de dos personas, en una playa, bajo las estrellas.

Y no, no es una escena de una película. 

Así sucedió, en el lugar perfecto, en el momento justo y con la persona correcta. 

Me cuidó, fue paciente, comprensivo y me inspiró seguridad.

Al final no terminó siendo el amor de mi vida, ¿y qué importa?

Hicimos las cosas bien, y eso basta.

No valgo menos por no quedarme con el primer hombre que me erizó la piel.

Las cosas se complican, y cuando no está destinado a ser, no se puede forzar la vida.

Merezco que me quieran completa, no a medias, y que me amen tan intensamente como yo puedo llegar a amar. 

Él se quedó corto, yo me quedé corta y por eso no funcionamos.

El hecho de que ya me haya entregado en cuerpo y alma a una persona, no quiere decir que no tenga oportunidad de que alguien más me mire y sienta que es muy afortunado de tenerme. 

También tengo derecho a ser feliz, aunque me haya entregado al hombre equivocado.

El pasado ya no importa, el pasado quedó atrás.

Mi pureza sigue manteniéndose intacta.

Y mi corazón sigue dispuesto, a amar de verdad.


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